Nació el 2 de noviembre de 1885 en “Chañar Ladeado” Hizo el secundario en Rosario, allí será condiscípulo de Amadeo Sabattini, Florentino Sanguinetti y de Enzo Bordabehere. Estudió Derecho en la Plata y Santa Fe Graduado de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad del Litoral, en 1913, dirigió altos institutos educativos en Córdoba y La Plata, fue escritor, poeta, comediógrafo, traductor literario, ensayista; abordó con profundidad y rigor temas de pedagogía, psicología, sociología filosofía y urbanismo.
El aporte de Taborda a la Reforma comenzó incluso antes de su estallido, ya que el fue junto con Deodoro Roca, principalmente uno de sus mas firmes y decididos gestores, cuando la insurgencia juvenil se produjo en el ‘18 contaba con 33 años, participó activamente de la toma del Rectorado el 15 de junio de 1918, pero fue prudente, tomando la prudencia como virtud cívica y respetuoso de las ideas ajenas, lo demostró cuando le paró la mano a Juan Filloy, que intentaba arrebatar el cuadro del Obispo Trejo, en el Salón de Grados, en plena revuelta estudiantil diciéndole: “No sean bárbaros, ésa es una obra de arte; dejen tranquilo al fraile”, no solo ese día Saúl Taborda apareció como uno de los principales oradores, los subsiguiente lo hizo en el salón de “Unione e Fratellanza” o en la Plaza San Martín, en el centro de Córdoba, por entonces había sido propuesto por los estudiantes como profesor de la “Universidad Libre” paralela que la Federación Universitaria de Córdoba (F.U.C.) había decidido fundar en ocasión del 15 de Junio.
Para esta fecha aparecía en Córdoba su libro Reflexiones sobre el ideal político de América, de la que Osvaldo Magnasco dijera que “América no contaba desde hace un cuarto de siglo con una obra de tal envergadura, trascendencia y significado histórico” obra de maduro vuelo intelectual, que consagra a la “Política Docente” un ponderado análisis, que se detiene particularmente sobre la Universidad, en la que ve los signos característicos de la estructura social vigente: las universidades antiguas –concluye sentenciosamente su meditado trabajo- enseñaba el “derecho” del rey y de la iglesia; las de hogaño enseñan los “derechos” de una clase; ¿cuándo vendrán las que enseñen los derechos del pueblo?”
Falleció el 2 de Junio de 1944 y sus restos descansan en el cementerio de Unquillo, la lápida de su sepulcro resume lacónicamente el sentido de su existencia: “Saúl Alejandro Taborda. Vivió y pensó para su tierra”