PROSPERINA PARAVAN

En el marco de los 450 años de la fundación de Córdoba y a 105 años de la Reforma Universitaria de 1918, el Museo Histórico de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba, rinde homenaje a
Reivindicamos su figura, la cual fue invisibilizada durante más de 100 años. Prosperina contribuyó activamente a uno de los hechos políticos y sociales más importantes de nuestra Universidad y América Latina, La Reforma Universitaria de 1918. Ella fue protagonista de las luchas que lograron la autonomía, el cogobierno, la participación de graduados/as en las decisiones, la libertad y periodicidad de cátedras, los concursos públicos, la extensión universitaria, la Investigación, la no limitación al Ingreso, la gratuidad de la enseñanza superior, la agremiación estudiantil, entre otros grandes logros de este hecho.
El Museo agradece la investigación realizada conjuntamente por Tamara Cortés, Directora de la Biblioteca y Coordinadora del Museo de la Facultad de Odontología, Claudio Bustos y Leandro Carbello, autores del libro “Reforma Universitaria, la voz de los estudiantes”, acompañada por fotos y relatos proporcionadas por su nieta María Dolores Viso, que hizo posible la realización de diversas producciones audiovisuales, podcast , muestras de la historia de Prosperina Paraván en las que participó el equipo del MFO

100
Años tuvieron que pasar para poder conocer su rostro

 

 

EL ROSTRO FEMENINO DE LA REFORMA
Una historia emerge, la mayoría de las veces, por las huellas que va dejando el personaje en su trayectoria. La mujer, debió esperar que nuestra cultura le permitiera hasta que lograra conquistar, también, el derecho a estar en la historia.
Prosperina Josefina Paraván, una de las primeras ingresantes a la carrera de Odontología, es de las que, por el momento de la transformación de la Universidad, debió salir a conquistar la reforma Universitaria.
Podríamos pensar que, como el resto de las primeras estudiantes universitarias en nuestro territorio, sería el de alguna profesional inmigrante que podía, excepcionalmente validar sus estudios, pero no, ella nació un 27 de agosto de 1898, en La Capital de la Provincia de Santa Fe. Fue la mayor de una numerosa familia, sus padres Don Guillermo Paraván y Doña Vicenta Diaz, por lo que la vida no le resultará fácil, los sueños de realizarse, no eran permitidos ni imaginables para ella.
Para esos convulsionados días, la zona fértil de la Argentina, hacía pensar a las familias de inmigrantes, en proveer a su primera generación nacida en el territorio, una educación inicial que les permitiera ascenso social por un lado que se simbolizaban en “mijo´ el doctor”. Pensado esto para los hijos varones que lograban emanciparse a corta edad para iniciar su vida productiva en las tareas rurales o en la incipiente industria en la urbe santafesina.
Nada hacía creer que, a sus 19 años, Prosperina podría lograr el permiso especial que era exigido por escrito o en presencia del padre para cualquier trámite que debía hacerse por ella. Esos permisos, eran trasladables de padre a yerno en el momento en que la mujer se unía en matrimonio.
Estos aspectos hacían desistir a muchas de ellas, pero como sabemos hoy, esa novedad que seguro circuló por los periódicos de las ciudades, la determinó a ubicar el exacto punto en el que las líneas férreas, unen su Santa Fe, con la Docta. Era común que a los vagones que transportaban producción, se le unieran otros que permitían el tránsito por el territorio.
Así llegó en 1917, a solicitar la excepción para el permiso de estudios y haciendo lograr que en alguna de esas pensiones que albergaban a cientos de inmigrantes que pugnaban por un trabajo en la creciente Córdoba, le permitiera alojarse en su condición de señorita.
Comenzaba a funcionar en Ciencias médicas, la Escuela de Odontología, por lo que en esos pasillos del Clínicas donde lograba procurar un aula, el doctor Agustín Larrauri, pasando lista, no sólo la mencionó a ella, su destino se uniría a poco andar con el de otro compañero al que el pionero mencionó, Marcelo Germaín.

RELATOS FAMILIARES
Mi abuela, Prosperina Josefina Paraván, nació el 27 de agosto de 1898 en la ciudad de Santa Fe y falleció en 1973 a los 75 años en la ciudad de Santa Fe.
Su padre, Guillermo Paraván era de origen italiano. Inmigró a la Argentina a los 5 años y adoptó la ciudadanía argentina. Falleció en 1955, el año de mi nacimiento. Su muerte fue muy sentida por mi abuela ya que eran muy apegados.
Su madre, Vicenta Díaz. De nacionalidad argentina. Proveniente de una familia de Arroyito, Córdoba. Falleció en 1929 (no sabemos si esta fecha es exacta, pero falleció joven porque mi madre no la recuerda, por lo tanto falleció cuando ella era muy pequeña).
El padre, Guillermo, se dedicó al comercio y fue Concejal y apoderado de la Jefatura de policía de la localidad de Vera, provincia de Santa Fe.
Prosperina fue la mayor de seis hijos. Tres mujeres y tres varones.
Cursó los estudios secundarios en el Colegio Nacional de Santa Fe. De allí nace su amistad de toda la vida con su gran amiga Isabel de Saux.
Sus hermanos varones no tuvieron estudios superiores. Una de las hermanas, Eugenia, se recibió de Profesora de piano y la otra, Mirta, era Profesora de Dibujo, egresada de la Escuela Juan Mantovani de la ciudad de Santa Fe.
Prosperina se fue a Córdoba a estudiar Odontología. Allí conoció a Marcelo Germain con quien se casó en 1920 teniendo ella 22 años.