La Mimi

LA MIMI
Por Roberto Habichain

A mi me citaron de Orden Público en mi condición de Presidente de la FUC y fui sometido a un interrogatorio con mucha insistencia acerca de quién lo había escrito: “Conoce este documento?” “si, como no, fue distribuido por toda la ciudad”.
Siendo yo estudiante de medicina, ellos sostenían que eso estaba escrito por un abogado por el manejo de las leyes que en él se hacía. Yo sostuve que antes que estudiante de medicina era ciudadano y por el cargo que ocupaba era natural que conociera acerca de tales leyes.
El documento, como dije, tenía la virtud de ser conciso, categórico y contundente y ocupaba tan solo media página a mimeógrafo.

Mimeógrafo en la historia de la FUC es sinónimo de resistencia, símbolo de “semiclandestinidad”. La famosa “Mimi” (denominación que en la jerga derivó de mimeógrafo) fue muy buscada por la policía y nunca hallada.
En la oportunidad del mencionado documento elaboramos hoja por hoja ya que no alzaba o levantaba el papel y había que pasarlas una a una 20 resmas, o sea 10.000 hojas que nos demandaron no recuerdo cuantas horas contra reloj; pues tenían que salir en tiempo perentorio. 20.000 fueron los volantes que distribuimos puerta por puerta en una noche, y cubrimos gran parte de la “gran aldea”.

Y la fané y descangayada Mimi desfiló, muy aplaudida, por las calles de Córdoba en setiembre del 55.
La Mimi fue el símbolo de la “clandestinidad” que nunca fue tal, en rigor de verdad.
En Córdoba, allá por los años 50, para ser clandestino habría que haber estado oculto bajo tierra o algo así. Lo que más ocurría era irnos a vivir o pasar unos días en una casa no fichada. De éstas, las fichadas, la más emblemática era la de Santa Rosa 1188 “el 11”, Haedo Norte 224 la del ojo de Audenino, “Cepillo” Inardi y muchos más: “Chivo” García, los Pizarros y Ocaña Norte al 400. Y en el cuadro de honor el comedor de la FUC en Sol de Mayo 145.